Médicos Universidad del Cauca - Promoción 1975.
Recuerdo aquel delicioso libro del Mejicano Cuauhtémoc Sánchez (“Volar sobre el pantano”), donde cada capítulo venía adobado con una corta historia, tan vívida y electrizante, que uno leía sin parar hasta encontrar el final. Era como cuando escuchábamos las historias y fantásticas aventuras del abuelo, junto a una hornilla centenaria donde los tizones encendidos esparcían un humo mezclado con el aroma del café campesino.
Una
de aquellas anécdotas recordaba un pajarillo asido a un junco, paralizado por
el miedo y el tintineo de los crótalos de una serpiente a punto de capturarlo. En
otra, se contaba la historia del hombre que hacía parte de una caravana en el
desierto, quien al llegar a un pequeño oasis donde abrevarían los camellos,
pregunta a un aldeano: qué tan lejos queda la ciudad de Basora? El anciano le responde
con un interrogante: cómo era la ciudad de dónde provenía? Tenía amigos? Era feliz allí? Y cuando el viajero hablaba
del dolor que le causaba dejar tantas cosas buenas, el encallecido anciano le replicaba: no te preocupes, porque en la ciudad de tu destino encontrarás: amor, amistad
y felicidad.
Unos renglones después, la misma pregunta
hecha por otro viajero al mismo anciano, era replicada por el sabio lugareño de manera diametralmente opuesta: En
Basora vas a encontrar más miseria, violencia, enemigos e infelicidad de las
que dejaste en la ciudad de donde vienes. Interrogado a su vez por un tercer
viajante sobre el porqué de las
respuestas contradictorias entregadas a los viajeros, el hombre del
desierto explicó sin parpadeos: “Porque cada quien encuentra, lo que lleva en
su corazón!”
Todo
lo anterior porque, tras peregrinar por el desierto de confusiones y angustias
en que llegan nuestros pacientes, el
médico debe volver a ser como el sabio aldeano del desierto: un verdadero
portador de la verdad científica más un átomo de fe, una astilla de esperanza,
un hilo de seguridad y amor como lo proclamaron los Padres de la Medicina
desde los tiempos del chaman de “Tótem y Tabú” Freudiano, hasta el tiempo sin
transcurso de Deepah Chopra.
Porque
al final de estos días llenos de calor y afecto, nos reencontremos con el sabio
que todos llevamos dentro: Salud!
José
Ramón Burgos Mosquera M.D.
Publicado en Revista SALUD & VIDA, El País. Diciembre de 2015
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