domingo, 5 de agosto de 2012

¿PUEDE UN ANGEL CAER EN PECADO?

Por: José Ramón Burgos Mosquera.








Desde la perspectiva de la poesía, todo es posible. Acaso no fué Guillermo Valencia quien en "Palemón el estilita" conduce al orador sagrado a caer seducido por la mirada quieta y brava de áspid y el talle altivo, blanco y lleno de la bella cortesana que escuchaba el sermón sobre el vicio que llevamos en nosotros?

Recientemente, Antonio Skármeta recordaba risueño, el secreto placer que le provocaba la versión cinematográfica de su libro sobre Neruda en el exilio: "El Cartero" (Il Postino), donde el más fuerte reclamo que hace la madre de Beatrice al gran nobel chileno, es haberle enseñado al seductor cartero amante de su hija, a crear el embrujo de las metáforas. Es decir a hablar en el lenguaje de los ángeles.

Hace medio siglo conocí a CIRO MENDIA, ese genial contertulio de la vida diaria. Había aterrizado en la muy noble y muy leal ciudad de Popayán a comienzos de los sesentas, cuando la estatua de Belalcazar señalaba el norte de la ciudad. Estábamos en la piscina municipal en grata tertulia, escuchando poemas sociales bajo el embrujo de la palabra de James Polanski quien con los años ejercería la profesión de abogado a nombre de Jaime Polanco. Cuando comenzó aquel ruiseñor a paladear sus versos con un encanto que venía muy bien con el destilado de la cercana licorera. Comenzó diciendo:

CAMINO DE SUS LABIOS





Que una fiesta de viento y brisa alabe

tu cuerpo, cuerda que en las arpas debe,

el tallo de una risa rosa, leve,

un tallo Azul de nube y uva y ave.



Es un tallo de nieve y ola breve,

es un tallo de musica tan suave,

que el corazón- tu corazón- no sabe

si es el amor o el tallo que se mueve.



En ese tallo- es flor de tu cabellera-

está de punta en blanco la blancura

y amapolando gracias se consume.



Un tallo tan sutil que si no fuera

por la luz que sostiene tu cintura,
 hasta lo doblaria tu perfume.



Su voz sedosa de copetón bohemio se encontró con un silencio de respeto. Era una voz que permitía escuchar la caida de las hojas secas, el paso breve de la mujeres absortas, embellecidas por su palabra grata. Y no esperó reconocimientos para seguir de largo con dos hermosos sonetos:

El PECADO DEL ÁNGEL



Siempre cuando en su alcoba perfumada

la amada al desnudarse pretendía,

el Ángel de la Guarda se salía

al momento del cuarto de la amada.



De la vecina estancia distinguía,

con el placer de un alma enamorada,

el ruido de la seda liberada

de aquella blanca y dulce tiranía.




Una noche el buen Ángel, de repente,

en el espejo vio las maravillas

de aquel desnudo cuerpo transparente.




Y al sentir que en pasión se iba abrazando

cayó, como un esclavo de rodillas

ante la luna de cristal llorando.


De ahí en adelante comenzó un " torrente de inspiración divina y seductora" pues escuchamos en la voz del bardo "el verso que suspira, que canta y que enamora", entre tantos... el inolvidable:

 OTRA VEZ

Otra vez, corazón, has claudicado,
 otra vez, corazón, has delinquido,
 otra vez, corazón, estás perdido,
otra vez, corazón, te han derrotado.

Te han herido otra vez, viejo bandido,
te han herido otra vez, oso cansado
te han herido otra vez , roto soldado
te han herido otra vez. Y mal herido!

Te dije que: !No más! Así flechado
quería verte. Y a tu edad...  rendido,
te presentas de nuevo: enamorado?

¡Qué atrevido!
Por el momento quedas perdonado.
Pero que sea la última....querido!

Fue una declaración de amistad eterna, mientras pudimos seguir su ruta, hasta aquella tarde gris, sofocante y lluviosa en la autopista La Guaira -Caracas cuando el locutor de la emisora YVKE Mundial , suspendió la melodía que transitaba en el dial,  para recordar alguno de aquellos sonetos inalcanzables de Ciro y luego destrozarnos con la noticia de que estaba despidiendo a nuestro amigo muerto.





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